La imagen central es una intrincada red de ramas de árboles que se reflejan simétricamente, creando un efecto visual cautivador. El detalle meticuloso del recortado manual añade una profundidad que invita al observador a explorar los distintos planos de la composición. El marco, hecho a medida para la obra, está elaborado con madera de pino reciclada proveniente de palés, trabajada artesanalmente hasta ennoblecer. Este marco complementa perfectamente la serigrafía, dándole un aire rústico y natural.

La utilización de luces y sombras en esta obra es especialmente notable, puesto que genera una sensación de movimiento y vida dentro de una escena aparentemente estática. Esto, combinado con el efecto tridimensional, hace que la obra tenga una presencia muy impactante, transformando cualquier espacio en el que esté expuesta.

En su conjunto, esta serigrafía de Maria Pujol es una muestra magistral de arte gráfico que combina técnicas tradicionales con una visión contemporánea para crear una experiencia visual única.